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Experto afirma: “Chile aborda implementación 5G sin cuellos de botella en su operación”

  • Cesar López, gerente de Ventas Sector de Telecomunicaciones para el Sur de Sudamérica (SSA) de Vertiv, entrega su diagnóstico sobre el estado actual de esta tecnología y los desafíos para su implementación.

César López, gerente de Ventas Sector de Telecomunicaciones para el Sur de Sudamérica (SSA) de Vertiv.

El 5G es la quinta generación de la red de telecomunicaciones móviles, que ofrece un mayor ancho de banda y velocidades más rápidas que permiten todo, desde vídeo de alta definición hasta juegos de latencia ultra baja y telemedicina avanzada, con la promesa de aplicaciones aún más avanzadas a medida que la tecnología madura y se expande por todo el mundo.

Se espera que alrededor del 40% de la población mundial tenga acceso al 5G para 2024, y que el 5G permita un volumen de ventas de 13.1 billones de dólares para 2035. Los gastos de capital 5G globales (CapEx) y de investigación y desarrollo (I+D) han aumentado un 10.8% interanual y se prevé que alcancen los 265,000 millones de dólares anuales en los próximos 15 años.

La carrera hacia el 5G es una fiebre del oro, y los operadores de telecomunicaciones están avanzando, priorizando la disponibilidad y la seguridad en la carrera para ser los primeros. Esto es comprensible, pero gestionar el inevitable aumento del consumo de energía es un desafío inminente.

Sobre su impacto en la industria y otros factores críticos, se explaya César López, gerente de Ventas Sector de Telecomunicaciones para el Sur de Sudamérica (SSA) de Vertiv.

EL 5G EN CHILE Y LATAM

El especialista señala que la llegada del 5G abrió interrogantes sobre si Latinoamérica está preparada para asumir esta gran transformación digital. “A pesar de que todavía hay mucho por hacer a nivel de infraestructura, en Chile esta tecnología ya se comercializa y está disponible en una fase inicial, aunque su implementación total podría tardar alrededor de cinco años”, estima César López.

“Es un hecho, dice, que los operadores tienen que invertir en instalaciones para reforzar la red y ampliarla. Y no solo ellos, también los gobiernos, porque este cambio debe ir de la mano de nuevas legislaciones que desarrollen una estructura que permita desplegar el 5G en su máximo potencial.

Dicho esto, ¿cuáles son los retos que las empresas de telecomunicaciones y autoridades reguladoras están enfrentando para la implementación del 5G? ¿Los gobiernos están preparados para asumir este gran cambio tecnológico?

Hay grandes desafíos para este cambio de tecnología. Para mí, tres son los principales desafíos que los gobiernos de LATAM deben resolver en sus países.

Primero, preparar y lanzar licitaciones o autorizaciones sobre las nuevas bandas del espectro 5G. Actualmente, lo que están haciendo es permitir a las empresas operadoras realizar un despliegue 5G, pero en baja capacidad y usando infraestructura 4G.

En segundo lugar, facilitar el progreso tecnológico con modificaciones a las legislaciones actuales, o creando nuevas leyes a nivel de gobiernos centrales y gobiernos locales para la instalación de antenas 5G. Sabemos que se requerirán muchas más antenas y actualmente existen diversos problemas y trabas para su instalación.

En tercer lugar, hay que actualizar las normativas regulatorias de los servicios de telecomunicaciones, ya que están quedando desfasadas y se están convirtiendo en un impedimento para tener un buen nivel de servicio. En ese sentido, las empresas operadoras deben sentirse alentadas en competir sin sacrificar la calidad del servicio.

El gran reto de la región es acortar la llamada “brecha digital” y el 5G parece ser una buena opción para este objetivo. ¿Qué deben tener en cuenta el mundo público y los privados al abordar la implementación de la red en sus países?

La tecnología 5G como tal ya está disponible. Una vez que se inicie su implementación masivamente en los países, tanto el sector público como privado deberán tener en cuenta todos los beneficios que trae consigo su uso. Si bien es cierto que mejorará los servicios para las personas, también viene a dar solución a la conectividad de millones de dispositivos que utilizarán esta tecnología para comunicarse entre sí. Esto permitirá, por ejemplo, que el Internet de las Cosas (IoT) finalmente sea una realidad, dando vida a ciudades inteligentes, vehículos autónomos, robótica, telemedicina y otros grandes beneficios que estarán disponibles.

Para que esto llegue a la mayor cantidad de personas, dependerá de la estrategia adoptada por el gobierno de cada país. En el caso de LATAM, unos van más avanzados que otros. De cualquier manera, se requiere desplegar nueva infraestructura en las redes de telecomunicaciones y centros de datos, siendo para ello prioritario incentivar la inversión pública y privada para llevar a cabo el reforzamiento y nuevas redes que soporten esta tecnología 5G.

¿Qué medidas exitosas ha impulsado Chile para la implementación de la red?

Chile es un ejemplo para los demás países, gracias al plan nacional de telecomunicaciones como política de gobierno que está llevando a cabo, porque es esencial contar con nueva infraestructura, una legislación actualizada y desplegar vías de comunicación a nivel local e internacional.

El país se ha tomado esto como un desafío, implementando redes de fibra óptica nacional y ampliando vías de comunicación en todo el territorio. También, se suma la inversión que está realizando en cables submarinos para comunicarse con Asia, y la fibra óptica que está colocando en la última milla. De igual forma, se ha incentivado la inversión de la empresa privada para la construcción de grandes centros de datos. Todo esto es abordar la implementación 5G con soluciones integrales, sin generar cuellos de botella en su operación.

¿Qué sucede con la criticidad y el borde de la red?

La infraestructura de soporte para el funcionamiento 4G que ya era crítica, ahora con 5G será súper crítica, porque vamos a tener carreteras de comunicación mucho más amplias y con mayor velocidad. El ancho de banda tiene que mejorar, pues los paquetes de datos de gran volumen circularán en esas vías de comunicación, haciendo que las inversiones en los data center y nuevas redes de telecomunicaciones se vuelvan prioritarias.

“Las redes de telecomunicaciones se tendrán que ir transformando para soportar esta nueva tecnología 5G, creándose un nuevo espacio denominado el borde de la red, donde el procesamiento de datos se deberá hacer cada vez más cerca a los usuarios, con la finalidad de satisfacer la alta demanda con baja latencia, es decir, con el menor tiempo de respuesta an

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