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Adaptarse es vital: ¡Un llamado urgente desde la alta montaña!

  • Una carta abierta al Estado, al sector privado y a la academia, para trabajar juntos y dejar atrás la lógica de reacción frente al desastre para adoptar una política de anticipación, planificación y actuación, antes de que estos hechos ocurran, hicieron dos expertos en la materia.

Flavia Burger, geóloga especialista en Cambio Climático y Glaciología, en reciente presentación en Expomin 2025

Flavia Burger, especialista en Cambio Climático y Glaciología; y Carlos Andrade, geólogo, especialista en Riesgos Naturales, ambos parte del equipo de AFRY, emitieron una carta abierta en la que alertan frente a los riesgos de desastres naturales en Chile y en la que proponen adoptar una política de anticipación, planificación y actuación coordinada, antes de que estos hechos ocurran.

“Olas de calor, sequías prolongadas, lluvias torrenciales y deslizamientos de tierra ya no son eventos aislados, sino parte de una nueva normalidad que exige respuestas inmediatas”, dicen. La experiencia empresarial de AFRY abarca los sectores industriales, energético e infraestructura de diversa índole.

Los expertos revelan que, “Chile pierde anualmente más de 4.500 millones de dólares a causa de desastres naturales. Esta cifra, proveniente de la Hoja de Ruta para la Resiliencia de la Infraestructura en Chile, es solo un síntoma de una crisis más profunda: la creciente vulnerabilidad de nuestras infraestructuras frente a un clima cada vez más extremo. Olas de calor, sequías prolongadas, lluvias torrenciales y deslizamientos de tierra ya no son eventos aislados, sino parte de una nueva normalidad que exige respuestas inmediatas”.

Carlos Andrade, geólogo, especialista en Riesgos Naturales, sostiene que cada año Chile pierde anualmente más de 4.500 millones de dólares a causa de desastres naturales.

“Desde nuestra experiencia en estudios de cambio climático, glaciología y riesgos geológicos -dicen los profesionales- hemos observado que, en las zonas de alta montaña, donde nacen muchos de los ríos que alimentan a comunidades, industrias y ecosistemas, la información es escasa y los cambios, acelerados. La pérdida de permafrost y la reducción en la acumulación de nieve alteran la disponibilidad de agua y exponen el terreno a nuevos peligros naturales. Esta transformación no es abstracta: impacta directamente en la seguridad de las personas y en el funcionamiento del país”.

DEJAR ATRÁS LA LÓGICA DE REACCIÓN FRENTE AL DESASTRE

Frente a esto, señalan “Es momento de dejar atrás la lógica de reacción frente al desastre. La resiliencia no se trata solo de reconstruir lo perdido, sino de anticiparse, planificar y actuar. Eso implica diseñar infraestructura que resista, promover una ocupación territorial informada por el riesgo, e invertir en monitoreo, estudios y herramientas de adaptación. Todo esto requiere colaboración entre instituciones, empresas y comunidades”.

“Chile debe avanzar hacia una infraestructura flexible, segura y preparada. No solo por los costos económicos que enfrentamos, sino por la vida y bienestar de quienes habitan estos territorios. Hacemos un llamado al Estado, al sector privado y a la academia a trabajar juntos, desde hoy, para construir un país verdaderamente resiliente”, proponen Flavia Burger y Carlos Andrade.

 

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