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Adaptarse es vital: ¡Un llamado urgente desde la alta montaña!
- Una carta abierta al Estado, al sector privado y a la academia, para trabajar juntos y dejar atrás la lógica de reacción frente al desastre para adoptar una política de anticipación, planificación y actuación, antes de que estos hechos ocurran, hicieron dos expertos en la materia.

Flavia Burger, especialista en Cambio Climático y Glaciología; y Carlos Andrade, geólogo, especialista en Riesgos Naturales, ambos parte del equipo de AFRY, emitieron una carta abierta en la que alertan frente a los riesgos de desastres naturales en Chile y en la que proponen adoptar una política de anticipación, planificación y actuación coordinada, antes de que estos hechos ocurran.
“Olas de calor, sequías prolongadas, lluvias torrenciales y deslizamientos de tierra ya no son eventos aislados, sino parte de una nueva normalidad que exige respuestas inmediatas”, dicen. La experiencia empresarial de AFRY abarca los sectores industriales, energético e infraestructura de diversa índole.
Los expertos revelan que, “Chile pierde anualmente más de 4.500 millones de dólares a causa de desastres naturales. Esta cifra, proveniente de la Hoja de Ruta para la Resiliencia de la Infraestructura en Chile, es solo un síntoma de una crisis más profunda: la creciente vulnerabilidad de nuestras infraestructuras frente a un clima cada vez más extremo. Olas de calor, sequías prolongadas, lluvias torrenciales y deslizamientos de tierra ya no son eventos aislados, sino parte de una nueva normalidad que exige respuestas inmediatas”.

“Desde nuestra experiencia en estudios de cambio climático, glaciología y riesgos geológicos -dicen los profesionales- hemos observado que, en las zonas de alta montaña, donde nacen muchos de los ríos que alimentan a comunidades, industrias y ecosistemas, la información es escasa y los cambios, acelerados. La pérdida de permafrost y la reducción en la acumulación de nieve alteran la disponibilidad de agua y exponen el terreno a nuevos peligros naturales. Esta transformación no es abstracta: impacta directamente en la seguridad de las personas y en el funcionamiento del país”.
DEJAR ATRÁS LA LÓGICA DE REACCIÓN FRENTE AL DESASTRE
Frente a esto, señalan “Es momento de dejar atrás la lógica de reacción frente al desastre. La resiliencia no se trata solo de reconstruir lo perdido, sino de anticiparse, planificar y actuar. Eso implica diseñar infraestructura que resista, promover una ocupación territorial informada por el riesgo, e invertir en monitoreo, estudios y herramientas de adaptación. Todo esto requiere colaboración entre instituciones, empresas y comunidades”.
“Chile debe avanzar hacia una infraestructura flexible, segura y preparada. No solo por los costos económicos que enfrentamos, sino por la vida y bienestar de quienes habitan estos territorios. Hacemos un llamado al Estado, al sector privado y a la academia a trabajar juntos, desde hoy, para construir un país verdaderamente resiliente”, proponen Flavia Burger y Carlos Andrade.