- Automatización, eficiencia energética y análisis de datos son pilares clave para transformar la industria y responder a las nuevas exigencias de sostenibilidad en todas las etapas del ciclo productivo.

En un entorno industrial cada vez más competitivo, dinámico y comprometido con la sostenibilidad, poner un producto en el mercado va mucho más allá de su diseño, ensamblaje o funcionalidad. Detrás de cada resultado visible existe una red de procesos invisibles pero fundamentales: control automatizado, eficiencia energética, análisis de datos en tiempo real, interoperabilidad y gestión operativa cada vez más integrada.
Este nuevo paradigma es particularmente relevante en América Latina y, en especial, en Chile, donde sectores clave como la minería, la energía y la manufactura enfrentan el doble desafío de descarbonizar sus operaciones y aumentar su productividad. Frente a este panorama la transformación tecnológica ya no es una opción, sino un habilitador crítico para alcanzar la rentabilidad sin comprometer la sostenibilidad.
Al respecto, Adriana Rivero, Business Development Manager de EcoStruxure Automation Expert en Schneider Electric, explica que “la competitividad de un producto hoy no se define solo por su diseño o funcionalidad, sino por los sistemas inteligentes que permiten optimizar su ciclo de vida, reducir costos y mejorar su desempeño energético. Esa es la diferencia que marcan soluciones como la automatización universal o la gestión digital de activos”.
Hoy, la eficiencia energética, el procesamiento inteligente de datos industriales y la optimización continua de procesos se han convertido en factores decisivos para la competitividad. Cada avance —desde la gestión energética de una línea de producción hasta la integración de energías renovables o la automatización del consumo eléctrico— tiene un impacto directo en la productividad, la calidad y los costos operacionales. “Del mismo modo, la recolección y análisis de datos operativos permiten monitorear el estado de los equipos y también anticipar fallos, reducir paradas no programadas y tomar decisiones basadas en evidencia”, añade la ejecutiva.
Los datos respaldan esta afirmación: un estudio de Expert Market Research (2024) revela que el mercado de automatización industrial en América Latina alcanzó un valor de USD 13,99 mil millones en 2024, con proyecciones de crecimiento de un 6,2% anual hasta 2034, impulsado por la adopción de tecnologías Industria 4.0, el uso de inteligencia artificial y la creciente digitalización de procesos industriales.
En el caso de Chile, el contexto energético hace aún más evidente la necesidad de mirar más allá del producto final. Según cifras del Ministerio de Energía, durante el primer trimestre de 2024 las energías renovables representaron el 41% de la generación eléctrica nacional. Pero alcanzar la meta de carbono neutralidad al 2050 no depende solo de generar energía limpia, sino de cómo se utiliza esa energía en cada etapa del proceso productivo.
“La eficiencia energética en la industria no ocurre por azar: es el resultado de una infraestructura tecnológica que permite monitorear, ajustar y optimizar cada fase del proceso en función de la demanda real. Soluciones digitales como software especializado, automatización inteligente y análisis avanzado de datos actúan como el ‘cerebro’ que articula operaciones más limpias y efectivas, habilitando un uso más racional de los recursos y una producción alineada con los objetivos de sostenibilidad”, opina Rivero.
En ese marco, soluciones como EcoStruxure Automation Expert, desarrollada por Schneider Electric, permiten que todo lo que ocurre detrás del producto funcione de forma coordinada e inteligente. Esta plataforma permite integrar hardware y software de distintos fabricantes bajo un mismo entorno operativo, facilitando la interoperabilidad, la automatización universal y el análisis continuo de datos. Gracias a esto, las empresas pueden diseñar, operar y mantener productos que no solo funcionen, sino que lo hagan de forma optimizada, eficiente y alineada con los desafíos energéticos del presente.
De cara al futuro, uno de los principales desafíos será escalar estas tecnologías de forma accesible para empresas de todos los tamaños, manteniendo al mismo tiempo la ciberseguridad, la interoperabilidad y la resiliencia operativa. “A medida que crece la presión por cumplir metas ambientales y aumentar la eficiencia, el sector industrial deberá acelerar su transformación digital sin perder de vista la sostenibilidad como eje central de sus decisiones”, concluye la representante de Schneider Electric.