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Enap reporta pérdidas por US$ 231 millones en 2018, su peor resultado desde 2012

El del año pasado fue el peor desempeño financiero de la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) desde 2012. Ayer, la estatal reportó al cierre de 2018 pérdidas de última línea por US$ 231 millones. Antes de impuestos, en tanto, la merma fue de US$ 507 millones.

El gerente general de la petrolera, Andrés Roccatagliata, explica que la causa principal de estos números rojos es un castigo contable al valor de activos por US$ 204 millones, que aplicaron a la línea de negocios de exploración y producción, en particular a las actividades de gas en Magallanes, debido a la caída en la proyección del precio del gas natural, particularmente en Argentina.

Consultado por el contraste entre lo negativo de estas cifras y las que a mediados de 2018 la administración anterior de la empresa exhibía con entusiasmo, asegura que más allá de sincerar un eventual «maquillaje» del balance, lo que hay detrás de esta mirada de los resultados es un cambio de foco respecto de los factores que realmente explican el desempeño operativo.

-¿Cuál es el origen de estas pérdidas?

«En 2018, el mercado de productos refinados fue especialmente negativo: el precio del crudo estuvo en US$ 71 por barril, US$ 20 por encima de las estimaciones iniciales, lo que nos afecta, dado que el 99% del crudo que refinamos lo importamos y también eleva nuestros costos de energía».

«El segundo factor, que es más grave, es que los márgenes asociados al producto refinado, específicamente a la gasolina, que normalmente está en torno a los US$ 11 o US$ 12, en 2018 llegó a ser negativo, por una menor demanda de bencina, es decir, que un barril de crudo era más valioso que un barril de producto refinado. Procesamos unos 70 millones de barriles al año; por lo tanto, el efecto de un dólar en el estado de resultados ya es de US$ 70 millones menos. El margen del refinado estuvo casi US$ 5 por debajo del presupuesto, eso es US$ 350 millones menos a la cuenta de resultados, haciendo exactamente lo mismo y siendo igual de productivos y eficientes que siempre, porque en esta industria somos muy dependientes de lo que ocurre en el mercado internacional».

«El negocio de producción en Egipto y Ecuador nos dio buenas noticias, por el mayor precio del crudo, y en Argentina, que es básicamente gas, los resultados fueron más bien planos, pero en paralelo, pagamos intereses en torno a los US$ 230 millones por nuestra deuda. Este alto apalancamiento con importantes pagos de intereses, asociado a un nivel de gastos muy alto e inversiones que en los últimos años han rentado por debajo de lo que se tenía estimado, termina de explicar el resultado de 2018».

-¿Y a eso se suma el castigo de activos?

«Sin esta corrección, el resultado estaría casi en cero».

-Pero, ¿cómo pasamos de una utilidad de US$ 2 millones a junio a una pérdida de US$ 231 millones al cierre del año? ¿Es algo que se concentró en la segunda parte del año o es algo que no vimos durante un tiempo?

«Cuando uno ve solo la pérdida de US$ 231 millones, porque en el primer semestre la pérdida antes de impuesto fue de US$ 80 millones, la explicación es 100% el efecto del reconocimiento del menor valor de estos activos de gas en Magallanes, porque equivale casi exactamente a la pérdida. Hay otra cifra menor -de unos US$ 20 millones-, que es la provisión para el plan de optimización de dotación».

-¿Están sincerando la situación financiera de Enap? Hay muchos que dicen que la empresa arrastra pérdidas desde 2015.

«La palabra sinceramiento es cuando hay algo oculto, y creo que aquí no aplica. Lo que sí aplica es una revisión del valor de nuestros activos. Efectivamente, correspondía realizar ahora este ejercicio de desvalorización. En los años anteriores, si bien es cierto que la empresa tenía altos gastos y estaba también sobreendeudada, pagando altos intereses, tenía la fortuna de contar con buenos márgenes, lo que compensaba los gastos; pero una vez que el nivel del agua empezó a bajar, se comenzó a ver las piedras y a salir los problemas».

-¿Descarta que hubo un maquillaje de la situación?

«Yo creo que lo que había era una mirada que era distinta. Si solo viéramos el Ebitda de 2018, que fue de US$ 526 millones, tendríamos una buena cifra, estaríamos contentos o, por lo menos, no tan preocupados. Pero cuando tomé la gerencia general, dije que en esta empresa -dados lo intensivo que es el uso de capital y el alto endeudamiento que tiene- lo que hay que mirar es el resultado antes de impuestos y la última línea y no el Ebitda, porque así la situación no hubiera sido muy distinta a los años anteriores. Más que un sinceramiento de los números lo que hay es un foco distinto».

-Luego, hay un tema con los impuestos diferidos, que hacen grandes diferencias.

«Tenemos un régimen tributario que nos permite ir acumulando impuestos diferidos, de modo de usarlos cuando haya utilidades. Aquí diría que tampoco hay un manejo inadecuado de una norma contable, sino que eso refleja simplemente las pérdidas que ha tenido Enap y cómo ha acumulado estos impuestos».

«Esto lo revisamos para ver si había alguna inconsistencia o algo que pudiera parecer raro. Lo analizamos con los auditores y dijeron que estábamos perfectamente apegados a la norma».

-¿Eso seguirá así?

«Esperamos no acumular más impuestos diferidos, porque dejaremos de perder dinero, que es para lo que hoy nos estamos esforzando 24/7».

-¿Hay otras correcciones?

El año pasado tuvimos una frenada fuerte de los gastos, entre asesorías, gastos de viajes, viáticos y una serie de cosas. En cuatro meses logramos frenar US$ 39,5 millones de gastos a la vena, que no se volverán a repetir hacia el futuro. Para este año está previsto reducir otros US$ 100 millones solamente en gastos. Además, estamos haciendo una reducción importante en inversiones, US$ 300 millones de un plan por más de US$ 800 millones, suspendiendo proyectos cuya rentabilidad no era tan clara, porque ahora el proceso de revisión de proyectos pasa por un cedazo bastante más estrecho, donde no solo se mira la rentabilidad, sino que también el riesgo involucrado».

-¿Siguen proyectando que este año las pérdidas van a estar en torno a los US$ 80 millones?

«Estamos presentando el plan de negocios actualizado a Hacienda, y con los ajustes en gastos y costos, estimamos que el resultado pueda ser mejor que eso. Depende de qué pase con factores externos, como los márgenes».

«Esperamos no acumular más impuestos diferidos, porque dejaremos de perder dinero, que es para lo que hoy nos estamos esforzando 24/7».

«Dados lo intensivo que es el uso de capital y el alto endeudamiento que tiene, lo que hay que mirar es el resultado antes de impuestos y la última línea, no el Ebitda».

«Para este año está previsto reducir otros US$ 100 millones solamente en gastos. Además, estamos haciendo una reducción importante de US$ 300 millones en inversiones». (Fuente: Economía y Negocios Online).

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