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Sistemas conectados y ciberseguros: así evoluciona la automatización industrial en América Latina

  • La región experimenta un crecimiento acelerado en automatización con soluciones digitales que conectan datos, procesos y decisiones para enfrentar los desafíos de eficiencia, ciberseguridad y continuidad operativa.

América Latina experimenta un avance sostenido en la automatización industrial impulsado por la necesidad de modernizar procesos, adaptarse a nuevas exigencias regulatorias y mejorar la competitividad regional. De hecho, según un informe de Mordor Intelligence (2024), se estima que el mercado de automatización de fábricas y controles industriales en la región alcanzará los USD 17.350 millones en 2025, y crecerá hasta USD 24.950 millones para 2030 con una tasa de crecimiento anual compuesta del 7,54 % durante ese período.

Este crecimiento está impulsado por tres fuerzas convergentes: normativas ambientales cada vez más exigentes, la urgencia de garantizar la continuidad operacional y el avance de tecnologías digitales que permiten decisiones basadas en datos. En este contexto, las empresas están rediseñando sus procesos para adaptarse a los nuevos estándares de sostenibilidad y eficiencia.

Para Adriana Fonseca, directora de Industrial Automation para Chile, Perú y Bolivia en Schneider Electric, este cambio requiere una actualización profunda de la infraestructura tecnológica donde “las industrias deben migrar desde sistemas legacy hacia tecnologías más eficientes y escalables, que integren protocolos de comunicación actualizados y cumplan con estándares de ciberseguridad industrial. Los equipos antiguos no cuentan con certificaciones que hoy son obligatorias en entornos críticos”.

Uno de los principales riesgos asociados a esta falta de actualización es la baja disponibilidad de repuestos y soporte técnico, lo que pone en peligro la continuidad operativa. “Un solo componente obsoleto puede detener una planta por días o semanas. Modernizar los sistemas es esencial para mantener la operación en marcha”, agrega Luis Maldonado, Champion Services South America en Schneider Electric.

Y es que la automatización, junto con la digitalización avanzada, se ha convertido en un habilitador clave para aumentar la eficiencia, reducir costos y mejorar el desempeño productivo. Así lo destaca un análisis de McKinsey & Company (2022), el cual muestra que la implementación efectiva de estas tecnologías puede reducir el tiempo de inactividad de máquinas en un 30 a 50%, aumentar las tasas de producción entre un 10 y 30% y mejorar la productividad laboral en un 15 a 30%. Además, las herramientas digitales han logrado incrementos de hasta un 85% en la precisión de las proyecciones operacionales.

No obstante -explica Fonseca- el camino hacia la digitalización no está exento de desafíos. “Siempre va a existir resistencia al cambio. Dar el salto a nuevas tecnologías genera dudas, sobre todo en procesos productivos donde no hay margen de error. Los clientes esperan soluciones probadas y confiables, por eso creo que el mayor desafío hoy es cultural: la adopción del cambio”, precisa.

Para acompañar a las empresas en esta transformación, Schneider Electric ha desarrollado un ecosistema de soluciones integradas bajo su arquitectura EcoStruxure, que permite abordar todo el proceso de automatización de forma escalable y personalizada, además de control en tiempo real, software y servicios digitales. “Se trata de una plataforma end-to-end que va desde el producto conectado en terreno hasta la capa superior de analítica. Con ella puedes contextualizar datos, aplicar inteligencia y obtener indicadores clave (KPI) que te permitan tomar decisiones más estratégicas y sustentadas”, explica el ejecutivo.

Gracias a esta tecnología y los servicios digitales que ofrece la compañía, como análisis de datos predictivos, IA y monitoreo remoto, es posible implementar soluciones de automatización industrial escalables que permiten diseñar y operar sistemas conectados con altos estándares de ciberseguridad. Estas herramientas no solo mejoran la eficiencia y la rentabilidad de las plantas, sino que también ofrecen la flexibilidad necesaria para adaptarse en tiempo real a los cambios del mercado y las condiciones del negocio.

En resumen, el camino hacia las industrias del futuro exige una visión más amplia: no se trata solo de automatizar, sino de construir entornos operativos más resilientes, inteligentes y sostenibles. En esa ruta América Latina avanza paso a paso, impulsada por tecnologías que ya no son una opción, sino una condición para mantenerse dentro del mercado.

 

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