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Revolución Energética en Oriente Medio y el Norte de África: La Demanda Eléctrica se Dispara por el Boom de la Refrigeración y la Desalinización

  • Según el último informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), la región acelera la diversificación de su matriz energética para enfrentar el crecimiento récord en el consumo de electricidad.

En medio de un escenario marcado por temperaturas extremas y una aguda escasez de agua, Oriente Medio y el Norte de África están experimentando un auge sin precedentes en la demanda de electricidad. Impulsados principalmente por el crecimiento explosivo en las necesidades de aire acondicionado y desalinización de agua, estos países se preparan para una transformación radical de su sector eléctrico.

Según el último informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), el consumo de electricidad en la región se ha triplicado entre 2000 y 2024, acompañando el aumento de la población y los ingresos. Las proyecciones indican que, bajo las políticas actuales, el consumo crecerá otro 50% hacia 2035, sumando una demanda equivalente a la actual de Alemania y España juntas.

El calor sofocante y la falta de agua han convertido a la refrigeración y la desalinización en los principales motores de este repunte energético, representando cerca del 40% del aumento en la demanda para la próxima década. A esto se suman la urbanización acelerada, la industrialización, la electrificación del transporte y la expansión de la infraestructura digital, como los centros de datos.

Hoy, gas natural y petróleo dominan la matriz eléctrica con más del 90% de la generación. Sin embargo, los países de la región, encabezados por Arabia Saudita e Irak, están rediseñando sus estrategias para dejar atrás el petróleo en la generación de electricidad, reservándolo para exportación o usos de mayor valor.

De mantenerse la hoja de ruta actual, el gas natural cubriría la mitad del nuevo crecimiento eléctrico hasta 2035, mientras la participación del petróleo caería del 20% al 5%. Paralelamente, la capacidad solar fotovoltaica aumentaría diez veces, llevando a las energías renovables a un 25% de la generación, y la energía nuclear triplicaría su presencia.

UNA INVERSIÓN HISTÓRICA Y LA MODERNIZACIÓN DE LAS REDES

En 2024, la inversión en el sector eléctrico alcanzó los 44 mil millones de dólares y se proyecta un aumento del 50% para 2035. Casi el 40% de estos recursos se destinará a redes, clave para reducir las pérdidas de transmisión y distribución, que hoy duplican el promedio mundial.

La AIE advierte que modernizar la red y expandir interconexiones regionales será vital para la seguridad eléctrica. También destaca la importancia de integrar renovables mediante almacenamiento, flexibilidad en la demanda y suficiente capacidad de respaldo con gas natural.

EFICIENCIA ENERGÉTICA: EL GRAN DESAFÍO PENDIENTE

La eficiencia de los aires acondicionados en la región es menos de la mitad que la de países líderes como Japón. Mejorar este aspecto podría aliviar significativamente el crecimiento de la demanda, evitando la necesidad de desarrollar capacidades equivalentes a la totalidad del sector eléctrico de Irak.

ESCENARIOS Y RIESGOS: ¿QUÉ PASA SI SE RETRASA LA DIVERSIFICACIÓN?

Si el ritmo de diversificación energética se ralentiza, la demanda de petróleo y gas para generación eléctrica podría aumentar más de un 25% en 2035. Eso implicaría una pérdida de 80 mil millones de dólares en exportaciones y un aumento de 20 mil millones en importaciones energéticas, según advierte la AIE.

Con una expansión planificada de más de 300 gigavatios en la próxima década—el triple de la capacidad total de Arabia Saudita—, Oriente Medio y el Norte de África se preparan para un cambio estructural en su sistema energético, con profundas repercusiones para los mercados globales y el futuro de las emisiones.

 

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